La finca.
Nuestra finca, en el corazón del Andévalo, se extiende por 17 hectáreas de naturaleza salvaje. Las robustas paredes de piedra, testigos de siglos pasados, abrazan las encinas y alcornoques, que como centinelas milenarios, custodian los secretos de la finca, donde el tiempo parece haberse detenido. El aroma de la tierra húmeda y las flores silvestres inunda el aire. El murmullo del agua de nuestros manantiales, que brota de las entrañas de la tierra, crea una melodía ancestral que invita a la serenidad. La finca ha sido refugio de pastores, agricultores y viajeros, quienes han dejado su huella en este pedazo de tierra. Hoy, te invitamos a formar parte de esta historia y a escribir tu propio capítulo. Sumérgete en este oasis de paz y déjate envolver por la magia del Andévalo.